Sunday, July 02, 2006

Cuba es un país maldito


Al menos eso es lo que cree la Junta Escolar del condado de Miami-Dade, en Florida.
Los componentes de este comité, a pesar de las recomendaciones hechas por instituciones e ir incluso, en contra de la propia constitución norteamericana que prohibe la censura de libros, se han mantenido en sus 13 y decidieron sacar de las bibliotecas escolares de dicho sector, el libro Vamos a Cuba, de Alta Schreirer.
La Junta Escolar del Condado de Miami-Dade está compuesta por nueve miembros elegidos democráticamente, los mismos que representan a 9 distritos. Éstos son: Frank J. Bolaños (presidente), Robert B. Ingram (vicepresidente), Agustín J. Barrera (6), Evelyn Langlieb Creer (9), Perla Tabares Hantman (4), Martín Kart (3), Ana Rivas Logan (7), Marta Pérez (8) y Solomon C. Stinson (2).
Juan Amador, de origen cubano, solicitó el retiro del libro con el argumento de que no muestra la realidad de la vida actual en la isla caribeña bajo el gobierno de Fidel Castro. Esa objeción le bastó al Comité Escolar para retirar el libro Vamos a Cuba de los estantes de las bibliotecas de Miami. Lo raro de todo es que dicho libro no era de lectura obligatoria, sino opcional. Es decir, no obligatoria en el currículo docente, y apenas se registran 49 copias en las estanterías de 34 escuelas del área.
Vamos a Cuba es parte de una serie de 25 publicaciones de la editorial Heinemann, y cuya serie incluyen, entre otros países, Egipto, Israel, Brasil, Australia, China y Japón. La editora comentó acerca de su publicación: "Ayuda a los alumnos de primaria a entender cómo son los niños en otras naciones, mostrándolos en sus celebraciones tradicionales y en sus centros de estudio".
Sin embargo, Perla Tabares, representante del distrito 4, quien votó a favor de la censura, argumentó su posición: "un libro que engaña, confunde o desconcierta no tiene lugar en la educación de nuestros estudiantes, especialmente los estudiantes de colegios primarios, que son los más vulnerables e impresionables".
En Cuba, no se quedaron con los brazos cruzados e iniciaron la campaña ¡Sí, vamos a Cuba!, por el derecho de los niños norteamericanos a recibir información sobre la isla. Esta campaña se desarrolla en cada una de las salas de lecturas infantiles y juveniles de la red cubana de bibliotecas.
Por su parte, la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU), interpusó un recurso de apelación ante le juez Alan Gold, quien fijó una audiencia para el 21 del presente mes, o a más tardar el 24, tiempo en el cual los libros deberán permanecer en las bibliotecas, aunque no aclaró si estarán al alcance de los escolares.
"Comprendo que las imágenes y palabras en el libro hieren a muchos que perdieron su patria, pero la ley, según la Corte Suprema de los Estados Unidos, dice claramente que la solución es añadir más información con distintos puntos de vista, no la censura", manifestó Howard Simon, director ejecutivo de la ACLU de Florida.
El libro fue evaluado por un comité consultivo compuesto de maestros, administradores, miembros de la comunidad y un psicólogo de niños. Las conclusiones finales fueron, con siete votos a favor y uno en contra, que el libro era adecuado para escolares de 5 a 7 años, y sugirió dejarlo al alcance de los menores.
Sin embargo, la Junta Escolar rechazó las recomendaciones, agregando que "no cederán en esta guerra contra la dictadura castrista". No era el chancho, sino los chicharrones.

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