Tuesday, July 25, 2006

El cazador del parque


Un francotirador, plantas que tienen corazón y hormigas que hablan, hacen del Libertadores un parque insólito. Nadie se detiene en sus inmediaciones so pretexto de terminar baleado. Las denuncias en la comisaría son tantas, que Cazapato entra y sale de la dependencia policial como Pedro por su casa. Los vecinos, cansados de protestar, terminaron por justificar la actitud de su vecino; si hasta el propio municipio lo distinguió.
Libertadores es un parque ubicado entre las cuadras 15 y 16 de la avenida Jorge Chávez, en Comas. Luce verde, bien cuidado y no hay indicios de basura. Marca la diferencia en torno a otros de la zona y es digno de imitar. Eso mismo pensaron las autoridades ediles cuando lo eligieron como el mejor y más cuidado de la urbanización La Libertad. Cazapato o Fulbito, como lo conocen sus vecinos de la zona, recibió una distinción por ser el guardián de tan bello jardín. Eso infló su ego.
En las madrugadas, apostado en la azotea del 1658 de la avenida Jorge Chávez, espera sigiloso a las parejas de tórtolos urgidos de amor, drogadictos que intentan perfumar el ambiente con aroma a marihuana, o quizá un carretillero nocturno en pos de dejar algún desmonte. Divisa su presa y da la voz de alerta: por favor, abandonen el lugar, es zona restringida. Hay orden de disparar.
Solo queda correr, no hay tiempo para diálogos, porque cuando Cazapato empieza a disparar no hay quién lo detenga. Ni siquiera la policía que no cuenta, por lo general, con una orden judicial para ingresar a su vivienda y arrestarlo.
De otro lado, grupos de muchachos envalentonados por el alcohol, retan los perdigones de goma que Fulbito disparada desde su escopeta de caza. Los logra ahuyentar y eso el vecindario lo celebra.
Pero ese breve reconocimiento a él no le importa. Cazapato llora y sufre cada vez que alguien arranca una planta, “es que tienen corazón, son seres vivos, ¿o no?”, afirma.
Pero hay más. Cazapato habla con las hormigas y las define como animales extraordinarios que trabajan en comunidad, “deberíamos aprender de ellas”, suele mencionar a sus vecinos. Así que es usual verlo echado en el suelo, o apostado en los árboles, hablándoles.
Para que nadie ose ensuciar el jardín, derrumbó las seis bancas que había; la brea ya no era impedimento para los drogadictos y sujetos de malvivir que solían sentarse en ellas. Al principio, los pobladores de la zona quisieron lincharlo, pero luego, al escuchar de boca de un vecino ingeniero que la mayoría de parques de San Borja y San Isidro no tienen banca, ya nadie objetó la medida.
Yo fui blanco de su voz de alerta. En la huída, en ese entonces, mi ocasional acompañante perdió el zapato izquierdo y yo mi libreta electoral. A dos cuadras de distancia, observé cuando Fulbito recogía los objetos. En varias oportunidades, intenté recuperar las pertenencias sin éxito alguno. Y es que los trofeos de guerra no tienen retorno.

Wednesday, July 19, 2006

Consternados, rabiosos, compungidos

El paro nacional del 19 de julio de 1977 tambaleó la Junta Militar presidida por el general Francisco Morales Bermúdez. El objetivo fue la convocatoria a la Asamblea Constituyente, misión que se logró. Sin embargo, el costo social fue altísimo: miembros de la Marina de Guerra del Perú dispararon a mansalva contra una población indefensa asesinando a 7 pobladores. En el colmo de la impunidad intentaron llevarse los cadáveres.
El fútbol peruano escribía una de sus páginas más gloriosas por aquel entonces, se ubicaba en una posición expectante en la clasificación de las eliminatorias para el Mundial de Argentina 1978. El país estaba atento al desempeño de la selección. Sin embargo, este hecho no pudo aplacar el descontento del país. Los movimientos sociales y sindicales decidieron realizar un paro a nivel nacional como medida de protesta.
El régimen de Morales Bermúdez intentó maquillar la situación que se vivía en el país, aprovechando al máximo la coyuntura del representativo nacional. La Comisión para el Mundial de Argentina 1978 (que definitivamente tenía vínculos con el gobierno de turno), convocó al compositor Augusto Polo Campos, al cantante Arturo “Zambo” Cavero y a la primera guitarra del Perú, Óscar Avilés. Estos tres cómplices compusieron una canción que se convirtió en un himno, ‘Contigo Perú’ (Cuando despiertan mis ojos y veo/que sigo viviendo contigo Perú/Emocionado doy gracias al cielo/por darme esta vida contigo Perú (.)/Sobre mi pecho llevo tus colores y están mis amores (.)/Somos tus hijos y nos uniremos, y así triunfaremos contigo Perú.).
Cuentan que cuando Perú perdía 1-0 en Santiago de Chile -ese resultado nos eliminaba del mundial argentino- Remigio Morales Bermúdez llamó de la tribuna a Cavero y Polo Campos. Ambos, fueron hasta el camarín y allí mismo se mandaron una versión a capella del mencionado tema, tan sentida, que al escucharla Marcos Calderón, técnico de la selección, gritó: ¡Canten, carajo! El plantel entero la entonó a todo pulmón con lágrimas en los ojos y salieron decidos a lograr la clasificación. Una genialidad de Juan José Muñante decretó el empate , y Perú al mundial. Desde ese entonces, ‘Contigo Perú’ fue una cábala antes de cada partido.
No obstante, pese a los triunfos deportivos, nada pudo con la incontenible protesta popular y el paro nacional del 19 de julio de 1977. Incluso los profesores huelguistas le cambiaron la letra al tema de Polo Campos : 'Cuando despiertan mis ojos y veo/que sigo jodido contigo Perú/Muy indignado requinto hasta el cielo/por darme esta vida, jodido Perú (...)/Sobre mi pecho llevó unos huevones llenos de galones/jodido Perú (...)/Somos tus hijos y nos hundiremos/pues ya no comemos jodido Perú...).
Si bien es cierto, esta huelga nacional fue apoyada por movimientos radicales de la izquierda como Vanguardia, Unir, Mir, Bandera Roja, Partido Comunista del Perú, liderados por dirigentes como Javier Diez Canseco, Ricardo Letts Colmenares, Jorge del Prado y Edmundo Murrugarra; también estaban presentes todas las federaciones como la de Cerveceros, Bancarios, Centromin Perú y la Confederación Campesina del Perú, entre muchos otras.
“En el país en general no había necesidad de bloquear carreteras y pistas. Era insostenible la dictadura de Morales Bermúdez, nadie lo quería, así que nuestra labor como cuadros dirigenciales que apoyábamos esta protesta, fue la agitación política sin llegar a la violencia”, relata un testigo de aquel paro y que prefiere mantenerse en el anonimato.
En Comas, había tres puntos de concentración: la avenida España (km 11 de la avenida Túpac Amaru), avenida Belaunde (13.5) y Collique (15.5). Los pobladores se iban reuniendo desde tempranas horas en estos lugares. No había brotes de violencia, la consigna era que nadie vaya a trabajar y esa directiva se cumplió a rajatabla.
Hasta que sucedió lo impensado. 7.oo a.m. Un ómnibus de la Marina de Guerra del Perú, a toda marcha y con efectivos a bordo, apareció en las inmediaciones de la avenida Belaunde. El chofer detuvo el vehículo en seco, descendiendo varios marinos quienes sin mediar palabra alguna, dispararon contra el grupo de personas que empezaban a concentrarse.
El pánico fue general: cuerpos heridos, sangrantes y muertos desparramados en el suelo. En el colmo de la impunidad y la barbarie, los militares intentaron llevarse los cadáveres. La población no lo permitió y le hizo frente a los asesinos. Los restos de Jorge Jáuregui, Juan Flores Milla, Alberto Ayala, Elvira Pardavé, Floca Arcaje Pérez y Julio Laynez, fueron llevados en hombros hasta la iglesia Señor de los Milagros, para ser velados.
Este cobarde acto mereció la censura de la prensa extranjera. No hubo responsables. El paro fue un éxito. Días después, el generalísimo haría la convocatoria a la Asamblea Constituyente. Nadie se acuerda ya de los muertos. En el lugar del crimen se erigió un monumento a los caídos, el cual luce sucio y abandonado. No pertenecían a agrupación política alguna, pero días después de la matanza varios partidos políticos se peleaban los difuntos como propios. Cálculos políticos, que le llaman.

Monday, July 17, 2006

Medicando fútbol


Un grupo de estudiantes de medicina cambió el bisturí y las pinzas por una pelota para echarse a jugar en las pampas de Comas. Llegaban al estadio tan bien vestidos y en un ómnibus propio, prácticamente eran esperados como artistas de cine. A la salida del campo, atendían a los enfermos que rogaban por una consulta al paso.

Eran los guapos del barrio, no por valientes ni peleones, sino por simpáticos y buenos mozos. En 1963 los estudiantes de la Facultad de Medicina San Fernando, de la Universidad Mayor de San Marcos, decidieron inscribirse como un club en la Liga Deportiva de Fútbol de Comas.
Esto causó expectativa en la población comeña pues todos querían conocer a aquellos futuros médicos que vestirían camisetas y pantalones cortos. La llegada de los estudiantes sanmarquinos al estadio Daniel Hernani Tovar era espectacular: a bordo de un ómnibus de la universidad y con toda la delegación vistiendo ternos, el plantel hacía su arribo en medio de los suspiros de más de una fémina.
El primer delegado de dicha institución fue el doctor Carlos Alvarado Jaico, ex médico de la selección peruana de fútbol, a quien en las asambleas de dirigentes lo llamaban doctor Alvarado, siendo él un joven estudiante. San Fernando inspiraba respeto, no por su poderío futbolístico (el primer año quedó penúltimo con 13 puntos), sino porque era rarísimo que un grupo de futuros profesionales se animaran a participar en una liga de fútbol, y más aún en un sitio tan alejado como Comas, habiendo otros entes deportivos más céntricos y cercanos.
Al siguiente año, la fama de San Fernando creció y era notable el aumento que experimentó la presencia femenina en la tribuna. Era el sueño dorado lograr la amistad de un “doctor”, eran “partidos” tan codiciados que era normal verlas sentadas en las graderías vistiendo sus mejores galas.
Los celos de futbolistas y pobladores locales, quienes se vieron desplazados por estos extraños, no demoraron en aparecer. Según recuerda mi padre Augusto Alvarado, al comienzo los estudiantes de medicina jugaban con mucha lealtad, guiados quizá por un espíritu de confraternidad. Sin embargo, ese mismo sentimiento se fue de bruces al suelo muchas veces, cuando con el transcurrir de las fechas sus integrantes eran bajados a patada limpia. Los estudiantes acusaron los golpes y empezaron a devolver cada foul recibido, incluso, agrega mi padre, “conocedores de la anatomía humana sabían donde pegar”.
Como redacto líneas arriba, si bien la llegada de los estudiantes de San Fernando era una fiesta, la salida del estadio era una odisea. Mujeres con niños en brazos, hombres y ancianos enfermos, todos pugnaban por una consulta al paso. Nunca se negaron a servir a quienes solicitaran sus servicios profesionales. Esto mismo los hizo el equipo engreído de la liga, y en más de una ocasión, hinchas confesos de otros equipos, gritaban como suyos los goles que marcaban estos bonachones jóvenes sanmarquinos.
San Fernando campeonó en tercera división, luego en segunda, hasta llegar a primera. Pero al cabo de 7 años, desapareció del fútbol de Comas. Los estudiantes se fueron graduando y así se perdieron entre consultorios y hospitales. Otros tantos, engrosaron el equipo de la Universidad de San Marcos que participaba de la liga de San Isidro.
No hubo nunca más una delegación de futbolistas vestidos de terno con movilidad oficial propia. No hubo más suspiros y las graderías del Hernani volvieron a ser nuevamente una propiedad casi exclusiva de los varones.

Friday, July 14, 2006

La fiesta del puntapié


La atención de Sudamérica centrada en Comas. Un partido de la liga mereció la atención de periodistas del mundo. Radio La Crónica transmitió en directo el evento para lo cual se tuvo que cablear 350 metros. Lo que se pensó una fiesta deportiva terminó en una bronca descomunal. Al final, golpeados, periodistas y dirigentes celebraron hermanados el acontecimiento.

En 1977, la Confederación Sudamericana de Fútbol tenía su polla de pronósticos con encuentros de todos los países que la conforman. Don Roberto Salinas, por aquel entonces presidente de dicho organismo, tuvo la inusual idea de incluir un partido del fútbol amateur peruano.
En Comas se definía el título de la primera división entre Juventud Ideal y Defensor El Carmen, así que ése fue el lance escogido. La gente de Comas no podía creerlo, el centro de Sudamérica fútbol por un día. Periodistas argentinos, uruguayos, brasileños, colombianos, entre otros, indagaban con sus colegas peruanos sobre dichos equipos. Estaban en juego los pronósticos que brindaban en sus respectivos países. La prensa nacional tampoco tenía información al respecto.
Al gerente de radio La Crónica se le ocurrió la idea de transmitir en directo el evento. Entre comerciales de novelas radiales e informaciones, se anunciaba la transmisión del mismo. La expectativa era enorme, pero empezaron los primeros inconvenientes técnicos.
En Comas eran contados con los dedos las personas que tenían servicio telefónico. Julio Saldaña, dueño de radio Comas ofreció el teléfono, pero habría que enlazar vía cable el estadio Daniel Hernani Tovar con la radio y la distancia era de 20 cuadras, aproximadamente un kilómetro y medio.
El personal técnico de La Crónica y el presidente de la Liga de Fútbol de Comas, Oswaldo Juárez, buscaron otras alternativas más cercanas al recinto deportivo.
En la urbanización La Libertad (la parte alta de Comas), solo dos personas contaba con telefonía fija; uno de ellos era don Sergio del Carpio, quien vivía en la esquina de la avenida Arequipa y el jirón 2 de mayo. Al proponérsele tal prestación, no puso ningún reparo. Ahora solo quedaba cablear 350 metros, y cuidarlo, por supuesto.
El Hernani Tovar presentaba un lleno total en sus graderías. 8 policías y los delegados de los equipos de la liga, conformaban un cinturón de seguridad alrededor del campo para que nadie ingrese al mismo. Las primeras palabras del locutor de La Crónica fueron: “desde el cielo de Lima para todo el Perú, estamos en directo desde Comas, para transmitirles la finalísima de la Liga de Fútbol local, con camiseta…”.
El juego se inició y Defensor El Carmen lo hacía con camiseta azul, tuvo que cambiar porque ambos elencos vestían de rosado, y dada la antigüedad del Ideal, era su obligación. A falta de 8 minutos para el final, El Carmen vencía 2-1, el juez de línea del sector de oriente recibe una pedrada a la altura de la oreja. Empezó el despelote.
Las hinchadas se culparon unas a otras, intercambiando puñetes, puntapiés y piedras. Los periodistas que se hallaban en la mesa de transmisión, ubicada al extremo occidental del campo, salieron despavoridos bañados en tierra. La mesa voló por los aires.
De la tribuna bajó corriendo el “Loco” Val, kinesiólogo que trabajaba en el club Universitario de Deportes. Examinó al juez herido, el presidente Juárez también estaba cerca. Lo observó un minuto y sentenció: este maricón de mierda no tiene nada. Y se fue. Igual el juez fue llevado al consultorio del doctor Fernández. En casa de éste, le dijeron que “esperen, un ratito, mi papá no tarda en regresar del estadio”.
Los delegados de los equipos en disputa, lograron calmar a sus seguidores. “Don Osvaldo, la polla, la polla”, alcanzaba a gritar el relator deportivo. Había que dar un resultado. “En 5 minutos la Comisión de Justicia de la Liga Distrital, emitirá su fallo, no se preocupen y esperen tranquilos, por favor”, le dijo Juárez a la multitud, entre ellos los enviados de la Confederación respiraban tranquilos.
El presidente de dicha comisión era el Mayor Sánchez. “Juárez y qué dictamino”. No pues hermano, usted diga que basándose en el artículo tal, enciso Z, la comisión…
El anuncio fue escuchado con atención. El partido se suspendía y se concluía con el marcador de 2-1 a favor de El Carmen. Algunos celebraban, mientras que otros aún masticaban su bronca.
Pasado los incidentes, delegados, periodistas, futbolistas y demás curiosos bajaron hasta la casa de la familia Del Carpio, en donde esperaban 15 cajas de cerveza. Y es que a pesar de la bronca y las piedras, no todos los días se es el centro de atención de Sudamérica deportiva.

Thursday, July 13, 2006

Los perros de Belaunde

La decisión del Ministerio de Salud estaba tomada: matemos a todos. Muerto el perro, muerta la rabia. 5 mil cuerpos de canes desperdigados por las calles. Los ladrones hacían de las suyas. Nadie recogía los difuntos, lo que pareció una medida extrema casi convierte en bárbaros a todo un pueblo. Una historia real que nos recuerda que el mejor amigo de un perro, es cualquier animal menos el hombre.
Enero de 1967. Un informe elevado al Ministro de Salud del primer gobierno del arquitecto Fernando Belaunde, da cuenta del ataque del que fueron objeto 5 menores y una profesora en Comas. Los agresores: una jauría de perros rabiosos. Dos meses atrás, una nota periodística del desaparecido diario La Prensa, informaba de un caso similar en Ica, con un saldo fatídico de dos muertes.
No había la más mínima intención de repetir la experiencia en Lima. El ministro y sus consejeros no tuvieron mejor idea que disponer el envenenamiento de todos los perros; vagabundos o no.
Durante días, personal del ministerio lanzaba indiscriminadamente bocados en casas y calles. Los pobladores advertidos de la disposición ministerial, trataban de salvar sus canes poniéndolos a buen resguardo. Se estaba a favor de combatir la rabia, pero no a la matanza sin distingos de mascotas. Además, cómo se alertarían ante la presencia de ladrones en sus viviendas.
El Vigía, uno de los primeros diarios de Comas, en su edición del 5 de marzo de 1967, tituló: “Así quedaron 5 mil perros”. En la nota se resalta la demora en el trabajo de recojo de los cuerpos por parte de la Baja Policía del municipio comeño. Esta tarea ocupó a dichos trabajadores durante los últimos días de enero y los primeros días febrero. Además, se señalaba que la Sociedad Protectora de Animales no se manifestó nunca en torno a este caso.
El panorama era macabro y desgarrador. Miles de perros arrojados a las calles, muertos y malolientes, sin nadie que los recoja. Algunos vecinos hartos de la situación empezaron a quemarlos, originando la protesta de otros pobladores, quienes señalaban que el humo y el hedor era peor; muchas discusiones se originaron. Las protestas de las personas que vivían cerca de los cerros y terrenos descampados, no se dejaron esperar, ya que los cadáveres eran apilados en esos lugares.
Era común amanecer y ver tirado en el patio o en la puerta de la casa, un perro que no era el suyo. Los “palomillas” de la época jugaban arrojando los cadáveres, por lo que había que estar atentos y vigilantes para no tener un “difunto” en casa.
Las denuncias de robo en casas se incrementaron notablemente. La ropa desaparecía de cordeles, los pillos y ladronzuelos aumentaron en Comas, especialmente en la urbanización La Libertad (kilómetro 10 y 11 de la avenida Túpac Amaru), en donde lo más decididos y con más recursos económicos empezaron a armarse con escopetas de caza y de fogueo; nadie estaba dispuesto a que le roben sus pocas pertenencias.
Por otro lado, los más afectados eran los niños. Muchas caras tristes y llorosas, reclamaban por sus animales muertos. “Yo recuerdo que mi hija Reyda lloraba desconsoladamente frente al cadáver de su ‘Olguita’, y me preguntaba: ¿mamá, quién mandó a matar a mi perrita? Fue el ministro de Belaunde, le respondía. Pobre mi hija llenaba de maldiciones al arquitecto”, nos confiesa la septuagenaria Amelia Turín.
Si bien es cierto, se llegó a determinar que algunos perros de la zona tenían rabia, la jauría que atacó a las niñas y la profesora, no. La medida fue exagerada y radical, y pudo ser peor, porque la descomposición de los cadáveres fue mayor debido a la exposición al sol de aquel verano.
Luego, se constataría que los animales muertos eran arrojados al río Chillón, no solo contaminando el valle, sino a los asentamientos humanos aledaños a dicho sector. El río los llevaría a su última morada que no era otra que el Mar de Grau.

Wednesday, July 12, 2006

Te negaré tres veces


No es Pedro pero niega como él. No fueron tres veces, sino más, tantas que se ha perdido la cuenta. Héctor Chumpitaz no es un ídolo en Comas. A pesar que vivió y trabajó en ese distrito, siempre ocultó el haberse iniciado futbolísticamente en las calles comeñas. ¿Por qué? nadie lo sabe, algunos, y no son pocos, se animan a afirmar que sentía vergüenza de ello. Sus razones tendrá.
Héctor Chumpitaz nació el 12 de abril de 1944 (algunos afirman que nació un año antes). Es uno de esos defensores que cualquier técnico quisiera tener en su equipo. Siempre destacó por su fiera personalidad que la bastó incluso ser considerado en una oportunidad Capitán de América.
Su infancia y adolescencia la transcurrió en la Hacienda Chacra Cerro, ubicada en las inmediaciones de la avenida Trapiche, en Comas. Allí, se sembraba y cosechaba algodón y productos de panllevar. Trabajó en la Chancadora de Collique, un lugar en donde se extraían enormes rocas, para luego triturarlas y obtener piedras.
Los sábados, luego de las jornadas laborales, Héctor destacaba por su buen juego aéreo no siendo él un jugador alto. Eso le valió ser invitado a integrar las filas del Once Amigos de Comas, el equipo más antiguo de Comas (la fundación data del 12 de diciembre de 1956). Allí, el "Granítico", jugó los años de 1961 y 1962, para luego ser fichado por la Unidad Vecinal #3 del Rímac.
Tal como queda demostrado en la foto, Chumpitaz vistió la camiseta del Once Amigos, elenco afiliado a la Liga Deportiva de Comas (una especie de liga interna), que no es lo mismo que la Liga Distrital de Fútbol de Comas, y quizá sea ese el motivo por el cual el futbolista no cuente su paso por Comas. Sin embargo, habría que precisar que por aquellos años, solo existían en Lima 4 ligas de fútbol debidamente afiliadas a la Federación Peruana de Fútbol.
El campo deportivo "Sube y Baja", llamado así en ese entonces, se encontraba ubicado en la urbanización La Libertad, específicamente en el cruce de la avenida Jorge Chávez y el jirón Libertad. Allí, “Chumpi” protagonizó aplaudidos y encarnizados duelos cuando enfrentaba a Jaime Santillana Gonzáles, su hermano por parte de madre. Santillana era un habilidoso delantero que carecía del brazo derecho, pero aún así se daba maña para complicar la tarea defensiva del ex capitán.
A opinión de personas que vieron jugar a ambos, Jaime Santillana tenía más futuro en el fútbol, por eso a nadie sorprendió que Santillana fuera contratado por el ADO, equipo que participaba en el fútbol profesional de la época.
Lo anecdótico de todo esto sucedería años después. 1997, en el marco de las celebraciones por el aniversario del distrito, el alcalde de Comas Julio Saldaña Grandez premió a ilustres comeños y a personajes que vivieron en el sector, destacando entre ellos: el periodista Alejandro Guerrero (por encontrarse de viaje su madre recibió la distinción), y el "gran" Héctor Chumpitaz, quien recibió personal y profundamente agradecido las vivas y medalla de manos del burgomaestre. Todo un tipazo don Héctor.

Sunday, July 09, 2006

Lisiadas del amor


La siguiente es la historia de 3 mujeres, un anciano y un perro. Ellas viven y ejercen la prostitución en casa del sexagenario, quien a cambio recibe favores sexuales. Dos de ellas son lisiadas lo cual hace más inaudita esta casa de citas. Viven en la extrema pobreza siendo un chusco perro su más valiosa propiedad.

Los ladridos de un perro negro chusco, con un limón pendiendo del cuello nos da la bienvenida. El canino duerme al pie de la puerta oxidada de la casa del viejo Isaac. Está flaco y debilucho, da la sensación de que puede desmayarse en cualquier momento. La casa de un piso no tiene timbre ni ventanas, las pocas que había fueron rotas a pedradas, “es que los vecinos no nos quieren”, confesaría el anciano.
A trece cuadras de distancia hacia abajo, se encuentra el kilómetro 13 de la avenida Túpac Amaru, en Comas. Es una de las zonas con mayor índice de micro comercialización de drogas. La Comisaría de La Pascana poco o nada hace para contrarrestar este delito.
Es mediodía y la sala de espera tiene un olor penetrante a ajos y cebollas. No es de extrañar pues la cocina se encuentra al lado. El ambiente luce sucio y descuidado. No hay muebles ni enseres, solo dos sillas de madera a punto de jubilarse. Esperen, por favor, en un momento estarán (las chicas) con ustedes, nos dice Isaac, mientras se interna en la pieza contigua.
Gritos provenientes de la calle dan cuenta de una pelea callejera. Dos jóvenes de unos 20 años aproximadamente, en total estado de ebriedad, se parten el alma con furia. Escolares curiosos disfrutan del espectáculo y dan vivas por su favorito. A Isaac, en cambio no le llama la atención la escena y ni siquiera se asoma a la ventana: “ésos no parecen hermanos, hasta diría que se odian”, sentencia.
Una voz femenina proveniente del patio de la casa clama por el viejo. Al cabo de unos minutos, regresa nuestro anfitrión y nos conduce a un cuarto semioscuro, en donde a duras penas un foco de 25 watts alumbra poco más que una vela.
Isaac, tiene 68 años y es el hombre de la casa. "Mi hermano Pedro se encargó durante 14 años de cuidar esta vivienda, porque los dueños se fueron a Chile y jamás regresaron. Un día de casualidad llegué de visita y nunca más me fui. Mi hermano murió hace 7 años y no dejó mujer ni hijos, mejor para mí pues, porque así me quedé con la mansión", nos cuenta el viejo, mientras frota con un trapo la única luna de sus lentes.
Seguimos escuchando sus anécdotas en los cañaverales de Lambayeque, hasta que interrumpe Susana. Ella es trigueña, de 1.65 m, cabello ondulado algo descuidado y con una figura que habla que hubo tiempo mejores. Tiene 37 años y a pesar de ser joven aún, cojea, no exageradamente pero se nota su dificultad al caminar.¿Quién se va a atender?, pregunta inquisidora.
Juancito me estira la mano (es momento de pagar sus servicios). Se despide mi guía y me quedo solo en medio de estos extraños. Hasta qué hora te voy a esperar, pasa pues, me dice Susana. Le hago caso. Ingreso a un cuarto en donde a las justas cabe una cama de plaza y media. La sabana está sucia y hay mucha humedad en el ambiente.
Quítate la ropa, muchacho, que la hora es la hora, me dice, al más puro estilo del narrador de fútbol Toño Vargas. Le agradezco el convite pero le explico que he venido literalmente a conversar con ella y con sus dos compañeras. Se inquieta y las llama. Aparecen en escena Ana y Edith. La primera tiene 41 años y la segunda, 43. Les explico que me interesan sus historias, del por qué y cómo se ofrecen siendo ellas lisiadas, “pues es lo único que sabemos hacer”, recibo por respuesta.
Se muestran renuentes a conversar conmigo, no queremos aparecer en la prensa, joven. Les explico que si bien soy periodista no publicaré sus historias en la prensa escrita, ni usaré algùn medio radial o televisivo. Sin fotos ni nombres reales, nada de eso, señoras. Les expongo acerca de mi blog, pero no entienden. A mí de computadoras no me hable, joven.
Discuten entre ellas, a Edith se le nota más ofuscada, no quiere saber nada del asunto y se retira del cuarto. Ana y Susana se quedan; igual te va a costar, muchacho. Claro, claro.
Susana renguea al caminar. No mucho pero lo hace. De una puñalada, su ocasional pareja la dejó así. Era un tipo muy celoso, que nunca quiso aceptar su oficio de meretriz. Su, como la llaman los parroquianos, trabajó siete años en un burdel clandestino de Lince. Cada mañana en el paradero se encontraba con José (así se llamaba el agresor). Era un hombre atento y amable, así que al comienzo le mintió al decirle que trabajaba como secretaria.
Las invitaciones se sucedían unas a otras hasta que se inició el romance. Susana no pudo ocultar más su trabajo y se confesó con su amante. José pareció comprender su labor, pero a los meses empezó a cambiar. Llegaron los primeros reclamos, las agresiones hasta que una noche la esperó cerca de su casa en el pueblo joven Mi Perú, en Ventanilla, y la apuñaló en la pierna. “No le deseo nada malo, porque bien muerto está el desgraciado”, dice Su entre risas.
Anita tiene 3 hijos y ninguno quiere saber de ella. No le perdonan el hecho de que haya pagado con su cuerpo la educación que les dio. El mayor se graduó como administrador, la segunda es profesora de inglés y el tercero está en Argentina con su padre. Ana tiene vendada la mano derecha. Su marido al enterarse de que ejercía la prostitución, quiso hacer justicia con sus propias manos e intentó matarla con un cuchillo de cocina. En la refriega, el marido le voló dos dedos de la mano. La abundante sangre la impactó tanto que se desmayó. El hombre, pensándola muerta, huyó de la escena del crimen y fue una vecina quien la auxilió llevándola hasta el Hospital 2 de Mayo. No denuncies a papá, fue lo único que le pidieron sus hijos antes de cerrarle las puertas del hogar para siempre. De eso ya hace 6 años.
Edith nunca salió, pero sí conocí su historia. Es la mayor de todas y la más renegona. Por lo general siempre está de mal humor. Cuentan que tiene una hija de 23 años con un hombre mucho mayor que ella. El gringo, como ella lo llama, se llevó a su hija a Estados Unidos, y no sabe de ella desde la última tarjeta navideña que recibió en 2002.
"Conozco a Edith hace muchos años, siempre fuimos amigas, señala Susana, así que cuando le confesé en qué trabajaba, me dijo mi vida”. Sin embargo, poco a poquito la necesidad y el hambre entraron el vida de Edith.
“En parte me siento culpable por su situación, porque fui yo quien le dijo que prostituyéndose ganaría el dinero suficiente para intentar viajar a Estados Unidos, añafe afligida Su. Si bien es cierto Edith no carece de extremidades, pero la artritis le está ganado la partida. Le duelen mucho los huesos y sufre mucho en las noches de intenso frío.
Comparten la vivienda del viejo Isaac desde hace dos años. El anciano era caserito del prostíbulo de Lince. Cuando conoció la desgracia de Anita y de Susana, Isaac les pidió que vivieran con él, a cambio de un servicio semanal gratis con cada una. El contrato de arrendamiento ya estaba pactado.
Hoy, 9 de julio, fecha en que posteo esta historia, la vivienda de Isaac luce vacía. Por favor publícalo dentro de una semana, en ese lapso nos marchamos de aquí, me pidieron. Yo cumplí con el encargo. Los vecinos de la zona amenazaron con quemarlas vivas si continuaban en la brega. Isaac, Susana, Ana y Edith empacaron y se marcharon juntos como una familia. Si hasta se llevaron el perro con ellos.

Friday, July 07, 2006

O Mais Grande Decepcao


Los ojos de todos estaban puestos en él y en lo que pudiera hacer con el balón. Una inmensa mayoría, entre los que me incluyo, pensaba que este sería su mundial. Era el sucesor natural de Pelé y Maradona, me dije. En lo particular, estaba harto de Edson y de Diego, de sus reinados en el planeta fútbol, como si después de ellos no hubiera habido excelentes futbolistas capaces de reemplazarlos.Ronaldo de Assis Moreira se escondió en los gramados alemanes de fútbol; yo, al menos, jamás lo vi. Dónde se hallaría ése artista del balón que hizo chocar el esférico tres veces seguidas en el parante del arco para una publicidad televisiva. Dónde habrá dejado la gambeta endiablada que hacía juego con esa sonrisa dientona. ¿Se le acabó la magia a Ronaldinho?, o es que quizá ya encontraron la forma de anularlo.Admitiré públicamente algo, que quienes me conocen saben que es verdad. Me importó un pepino que Perú no clasifique al Mundial de Alemania 2006. No lo merecíamos, ni lo merecemos, lo cual es peor. Cuando jugaba la blanquirroja (como así la llaman), prefería realizar otras cosas, y si me pedían mi parecer era bastante crítico y realista.Recuerdo que unos ex compañeros de trabajo vivían excitados y afanosos los partidos de la eliminatoria mundialista. Es más, puedo afirmar que la sala de redacción olía a camarín. Juan Carlos se encargaba de poner el ambiente con el clásico Contigo Perú del "Zambo" Cavero; mientras que César ponía el sudor y la calistenia. Cuando Perú anotaba, se arrodillaban en medio de la habitación, abrazados, gritando: Perú, Perú, Perú. Conmigo no era. Y cuando el rival nos empujaba un gol, los semblantes de Juanqui y Cesitar cambiaban, hasta el tono de voz era otro. Yo ni enterado.Sin embargo, lo de Brasil sí ha tocado mis fibras, no las más íntimas, pero fibras al fin. El mundial terminó, me dijo mi hermana Katty, que de fútbol sabe como de astronomía. Razón no le faltaba, pues tengo la misma impresión. Será quizá esa identificación que tenemos los peruanos con el fútbol brasileño, que más de un despistado comentarista deportivo, blasfemó al afirmar que "somos escuelas futbolísticas afines".Retornando a mis fibras, existe la idea de que el mundial se terminó, se acabó. No me importa saber quién será el campeón. Es que sin Brasil en la brega, es como una fiesta sin invitados. Los Parreira's Boys se llevaron todo de regreso a casa: la música, la alegría y las ganas mías de disfrutar de triunfos ajenos. El último que salga, que apague la luz.

Sunday, July 02, 2006

Cuba es un país maldito


Al menos eso es lo que cree la Junta Escolar del condado de Miami-Dade, en Florida.
Los componentes de este comité, a pesar de las recomendaciones hechas por instituciones e ir incluso, en contra de la propia constitución norteamericana que prohibe la censura de libros, se han mantenido en sus 13 y decidieron sacar de las bibliotecas escolares de dicho sector, el libro Vamos a Cuba, de Alta Schreirer.
La Junta Escolar del Condado de Miami-Dade está compuesta por nueve miembros elegidos democráticamente, los mismos que representan a 9 distritos. Éstos son: Frank J. Bolaños (presidente), Robert B. Ingram (vicepresidente), Agustín J. Barrera (6), Evelyn Langlieb Creer (9), Perla Tabares Hantman (4), Martín Kart (3), Ana Rivas Logan (7), Marta Pérez (8) y Solomon C. Stinson (2).
Juan Amador, de origen cubano, solicitó el retiro del libro con el argumento de que no muestra la realidad de la vida actual en la isla caribeña bajo el gobierno de Fidel Castro. Esa objeción le bastó al Comité Escolar para retirar el libro Vamos a Cuba de los estantes de las bibliotecas de Miami. Lo raro de todo es que dicho libro no era de lectura obligatoria, sino opcional. Es decir, no obligatoria en el currículo docente, y apenas se registran 49 copias en las estanterías de 34 escuelas del área.
Vamos a Cuba es parte de una serie de 25 publicaciones de la editorial Heinemann, y cuya serie incluyen, entre otros países, Egipto, Israel, Brasil, Australia, China y Japón. La editora comentó acerca de su publicación: "Ayuda a los alumnos de primaria a entender cómo son los niños en otras naciones, mostrándolos en sus celebraciones tradicionales y en sus centros de estudio".
Sin embargo, Perla Tabares, representante del distrito 4, quien votó a favor de la censura, argumentó su posición: "un libro que engaña, confunde o desconcierta no tiene lugar en la educación de nuestros estudiantes, especialmente los estudiantes de colegios primarios, que son los más vulnerables e impresionables".
En Cuba, no se quedaron con los brazos cruzados e iniciaron la campaña ¡Sí, vamos a Cuba!, por el derecho de los niños norteamericanos a recibir información sobre la isla. Esta campaña se desarrolla en cada una de las salas de lecturas infantiles y juveniles de la red cubana de bibliotecas.
Por su parte, la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU), interpusó un recurso de apelación ante le juez Alan Gold, quien fijó una audiencia para el 21 del presente mes, o a más tardar el 24, tiempo en el cual los libros deberán permanecer en las bibliotecas, aunque no aclaró si estarán al alcance de los escolares.
"Comprendo que las imágenes y palabras en el libro hieren a muchos que perdieron su patria, pero la ley, según la Corte Suprema de los Estados Unidos, dice claramente que la solución es añadir más información con distintos puntos de vista, no la censura", manifestó Howard Simon, director ejecutivo de la ACLU de Florida.
El libro fue evaluado por un comité consultivo compuesto de maestros, administradores, miembros de la comunidad y un psicólogo de niños. Las conclusiones finales fueron, con siete votos a favor y uno en contra, que el libro era adecuado para escolares de 5 a 7 años, y sugirió dejarlo al alcance de los menores.
Sin embargo, la Junta Escolar rechazó las recomendaciones, agregando que "no cederán en esta guerra contra la dictadura castrista". No era el chancho, sino los chicharrones.

Saturday, July 01, 2006

El Casanova sueco


El palmarés del sueco atrajeron la atención de la Federación Inglesa de Fútbol. “Ese es el técnico que necesitamos”, había dicho en rueda de amigos, Geoffrey Thompson, presidente de dicha institución en enero del 2001. Había que reemplazar en el cargo a Kevin Keegan. Las primeras voces en contra del sueco se dejaron sentir, pero más pudieron sus éxitos deportivos, y así se convirtió en el primer entrenador extranjero en dirigir a Inglaterra.
Sven Goran Eriksson nació el 5 de febrero de 1948 en Torsby, Suecia. Su carrera deportiva está plagada de triunfos, que lo llevaron a dirigir equipos en Suecia, Portugal e Italia. Su currículo es contundente: 1 liga y 2 copas suecas; 2 Recopas de Europa, 3 ligas y una copa portuguesa; 3 copas de Italia, una súper copa y una liga italiana, nada menos.
Sin embargo, al frente de la selección británica solo cosechó fracasos. Primero en el Mundial de Corea Japón 2002, en donde es eliminado por Brasil, y luego en la Eurocopa de Portugal 2004, hicieron lo propio los dueños de casa. La paradoja en ambos casos es que el técnico del equipo rival fue Luis Felipe Scolari.
Ahora, Sven Goran Eriksson es un desocupado, pero no es uno más. La Federación Inglesa de Fútbol, llegó a un acuerdo con los representantes del estratega para finalizar su vínculo contractual que lo ligaba hasta el 2008. Sven recibirá como indemnización nada menos que 5,6 millones de euros.
Pero eso no es lo que importa ahora en el país europeo. El hincha inglés siente que Sven los estafó, que nunca le puso ganas a su labor al frente de su representativo (una especie de Pacho Maturana, por citar un ejemplo). En estos días, los principales tabloides sensacionalistas ingleses rememoran la azarosa vida sexual del técnico. Si bien es cierto no hay nada nuevo bajo el sol en estas informaciones, el objetivo de la prensa inglesa es la demolición moral de quien fuera su estratega en los últimos dos mundiales.
Así se cuenta el affaire de Sven con una empleada de la federación inglesa. O su escapada de un fin de semana a Suecia, al lado de Faria Alam, una bella bangladesí de 38 años por aquel entonces. Quizá el dato relevante con respecto a esta última andanza de Sven, sea la información proporcionado por un ex directivo de la federación, quien manifestó que meses atrás el estratega había desechado jugar por esos días un partido amistoso frente a Gales.
Sin embargo, quien siempre queda malparada con todo esto, es la pareja del entrenador, la italiana Nancy Dell’Olio, quien perdonó en más de una oportunidad los episodios de infidelidad de su pareja.
Pero hay más. La ex niñera de la presentadora de televisión sueca, Ulrika Jonson, fue entrevistada y contó, una vez más, en detalle los encuentros amorosos entre su ex patrona y Eriksson. En tanto, los periódicos británicos más osados publicaron la noticia que el sueco habría mantenido relaciones con Jayne Connery, una promotora y ex modelo nudista de 39 años en la actualidad.
Las novedades sobre las aventuras de Eriksson cesaron por dos años, hasta que su incontinencia con Faria Alam llegó a poner su cabeza en la picota, al provocar una reunión de la comisión directiva que se convocó especialmente para determinar si el comportamiento del entrenador, en conjunción con sus magros resultados deportivos, lo hacían merecedor de seguir al frente de la conducción de la selección inglesa.Más allá de que el entrenador consiguió su absolución de culpa y cargo, la revelación de sus andanzas dejó como legado el nacimiento de un nuevo mito. «¿Qué tendrá el sueco?» era y es la pregunta que flota en Gran Bretaña. Y el misterio crece si se tiene en cuenta que tanto Ulrika Johnsson como Nancy Dell'Olio ya tenían grandes fortunas cuando lo conocieron, y que Alam -aunque tal vez cegada por el despecho- no lo describió, precisamente, como un gran virtuoso en las lides amatorias.
En lo que sí coinciden toda Inglaterra es en la designación del próximo entrenador de su selección. Ha de ser alguien quien piense más con las extremidades superiores que con las inferiores.
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